En su novela Conversación en la Catedral, Vargas Llosa, nuestro ahora premio Nóbel
de Literatura, se pregunta a través de uno de sus personajes, Zavalita: “¿Cuándo
se jodió el Perú?”, en los sesenta, los últimos años de los señoritos, de "La Prensa"
y de los bohemios maestros de Varguitas; según lo que dicen los estudios sociopolíticos
de Bravo Bresani, Matos Mar, Cotler, Malpica y otros intelectuales, entendíamos que la
colonia dejó su sello en la república y aportó a esta supùesta nueva vida, el
jerarquismo, el autoritarismo y la sanción moral del éxito (entiéndase doble moral),
este espíritu no aportó al desarrollo de empresas e individuos; por el contrario el
arribismo fué la forma de vida que implicaba llegar a ser parte del poder que ostentaba
el oligarca, las pocas familias que manejaban estas tierras y cuyos señorones arrojaban
cuando les venía en gana, migajas inservibles para su buena digestión a los arribistas, aquellos mequetrefes que con la genuflexión y hablando mal y deteriorando la imágen a diestra y siniestra de cuanto competidor se les acercaba, lograban mantenerse cerca, cerquita de ese poder que por cuna les fuera esquivo.
Creo que nuestro país ya no solamente se jodió; la pregunta en estos tiempos, sería otra: ¿y cuándo se fué a la mierda el Perú?, la respuesta a tan masoquista interrogante estimo haberla encontrado en el libro escrito por mi amigo y maestro universitario, el buen Oswaldo Medina, arequipeño de pura sepa, agudo e impecable lector del comportamiento social del Perú de ahora, cómo será de interesante y valedero para estos tiempos dicho ensayo, y peligroso para los defensores de este sistema del éxito que se cae a pedazos, que la propia casa de estudios en la que el connotado sociólogo enseña, no lo ha reeditado, definitivamente los inteligentes son peligrosos para todo status quo, incluyendo los centros donde imparten su enseñanzas.Señala el profesor Medina: "...el vocablo achorado, deriva probablemente de choro, que significa, ladrón, ratero, y por extensión designa también algunos atributos manifiestos del comportamiento delincuencial: prepotencia, agresividad, violencia."
El rompimiento de la escala de valores y la materializacíón de una violencia corporativa, parecieran ser los medios utilizados por el achorado para llegar a conseguir lo que pretende, poder y dinero, así de simple; por ejemplo, un día a Fujimori y Montesinos se les ocurrió agarrarse el país, se "achoraron" y listo, hicieron lo que les vino en gana con la conciencia y el pudor de toda esa sarta de infelices que cayeron en sus manos, era increíble observar los videos donde afamados personajes políticos desfilaban en la salita del achoradazo de Montesinos para recibir dinero en carretilla a cambio de la entrega de sus almas pecadoras e impías, recuerdo una conversación grabada en un vladivideo, cuando el Doc, con la anuencia de unos Vocaletes Supremos, de esos que no tienen nombre ni prosapia jurídica pero sí un montón de achoramiento, se burlaba del aquel entonces Presidente del Consejo de la Magistratura, diciendo: ¿o quieren llegar a su trabajo en combi, como lo hace Parodi Remón?; claro, es que para el achorado el quebrantamiento de los valores es parte del camino al éxito, como lo es la consagración de ese éxito el trasladrse en camionetas cuatro por cuatro, andar rodeado de bellas mujeres, usar ropa de marca y otros signos exteriores no sólo de riqueza, tambien de cultura achoris y de mucha imbecilidad, para esto necesitas del poder y debes alcanzarlo a costa de violencia y corrupción; el resto no importa, menos la honra de por ejemplo, de en aquel entonces Presidente de CNM don Carlos Parodi Remón, hombre virtuoso y justo, que no arredró banderas de honor y dignidad ante tanto estiercol, mis recuerdos y respetos siempre al maestro del Derecho Procesal Civil en las aulas de mi querida Universidad Mayor, hoy también en manos de algunos achorados.
En estos tiempos, ver a un cobrador de combi tocándo a una guapa muchacha para subirla luego a empujones a su vehículo diciendo: "habla, vas", causa la misma indiferencia en la población que observar como nuestro regordete presidente se olvidó de tomar la dosis de litio, que estimo debe usar cada dos horas y recontrachoradazo, se la emprendió a cachetadones con un cristiano que le dijo lo más cuerdo que se le pueda decir a un político en estos días: corrupto.
Hace algo más de una semana en una de las instituciones de educación superior, donde enseño o enseñaba, porque no vaya a ser que luego leer este artículo, se achoren y me boten sin más trámite que una patada en el trasero, al Rector que hace un año se encuentra gobernándola de facto y a su Consejo Universitario compuesto por una pandilla de alacranes que no sólo llevan el veneno en la cola sino también en la lengua y materia fecal en el cerebro, se le ocurrió cerrar los locales de dicha universidad los días que el Comité Electoral había designado para que se realicen las elecciones estudiantiles y de docentes, bueno y nada, se achoraron y punto, se frustaron las elecciones porque les dió su regalada gana, y así por los siglos de los siglos amén.
Lo complejo del asunto es que el achoramiento ha invadido también a los centro de enseñanza particulares, inclusive los mas connotados, hace algunos meses tocamos el tema de una universidad que cuenta con una prestigiada Facultad de Derecho, a cuyos abogados y maestros se les ocurrió una interesante tesis de achorado desconocimiento de los principios registrales de legitimación y publicidad registral y con argumentos más descabellados que la cabeza del tío Lucas, defender la "autonomía universitaria" de los opusachorados apetitos de Monseñor Cipriani; así por el estilo, tenemos universidades con equipos de fútbol en primera división profesional, que tienen el nombre de poetas universales y cuyos propietarios por su precario manejo del idioma, estoy seguro que en su vida han leído siquiera "Trilce", universidades que alquilan un edificio de cuatro pisos, sin autorización de defensa civil y aparecen con el nombre del santo patrón del pueblo de origen del Rector y propietario, que obtuvo la autorización de funcionamiento entre gallos y medianoche, como tantos centros de enseñanza superior, que de superior tienen el letrero y un guachimán achorado que no te deja entrar sino estás al día en el pago de las pensiones.
Definitivamente existen normas hechas por legisladores achorados, leyes que permiten que este fenómeno se extienda por la empresa pública como pandemia que se multiplica sin parar como el cerco de Scorza en Redoble por Rancas; por ejemplo, esos famosos cargos de confianza, que le permiten a los titulares de pliegos, Minsitros, Directores Generales, Alcades, entre otros, nombrar a tipejos que hacen y deshacen de la cosa pública sin conocimiento alguno y sin concurso de méritos, es que se achoraron y punto, recuerdo no hace mucho haber defendido el caso de un trabajador de la Municipalidad de Jesus María que sin razón alguna fué procesado y sancionado con la destitución de su cargo; claro el razonamiento de los felones funcionarios que conforman la Comisión de Procesos Disciplinarios dice: no importa vótalo, el juicio es largo, para cuando regrese ya no estaremos, inclusive me comentaba tan atormentado ciudadano, que uno de sus jefes lo amenazaba diciéndole que no le costaba nada mandar a "quebrar" (dícese matar en el sociolecto del lumpen) a su abogado, asi es, está es una especie de achorado de última generación, quien además de hacer con un minusválido lo que le dá la gana, encima lo amedrenta y lo amenaza hasta con el daño físico para su entorno y para quien tiene el atrevimiento de defenderlo.
El transfuguismo en la política es simplemente la materialización del achoramiento en ese sector, ahora no es causa de sonrojo el cambiar una agrupación por otra, simplemente por interés electoral o crematístico, no existe sanción legal alguna y en una sociedad como la nuestra de Allinson y Magdalenas, hasta es bien visto, es que ya pocos se reconocen inmorales, porque para serlo la contraparte es la moral, en estos tiempos la moral simplemente no existe, en consecuencioa lo amoral es un componente siu géneris de este fenómeno que ahora abarca todos los sectores de nuestra sociedad.
Pero todos los sectores, mis recuerdos y respetos a un gran achorado, el "gordo" Alfredo Gonzáles, paseándose con sus matones o "chalecos", en la tribuna de occidente del estadio de Alianza exhibiendo un papel higiénico en el coloso de Matute, es inolvidable también, aquella tarde que delante de las cámaras de televisión le arranchó un expediente judicial a una funcionaria y simplemente se lo robó, con la complicidad de todos sus colegas congresistas, que no le impusieron a tamaño padre de achorilandia una sanción ejemplar; muchos aprendieron la lección luego, entre ellos Burga mandamás de la Federación Peruana de Fútbol donde las conciencias apestan mas que una cloaca clandestina que desemboca en la Chira y que no les importa clasificar ni siquiera al mundialito del Porvenir, porque su único interés es llenarse los bolsillos, vendiendole la ilusión a unos millones de gaznápiros (me incluyo, cuando me convierto en hincha de mi franja adorada), quienes creen que pronto estaremos en un justa mundial pelotera, prestándose para eso con la complicidad de periodistas deportivos mermeleros, que nos venden victorias con el equipo de Tanganica, goles que Pizarro nunca hará en la selección y denuncian juergas de peloteros que se achoran con nosotros, pero que en los equipos europeos donde juegan son más dóciles que novio nuevo y no matan una mosca, claro es que allá el achoramiento no es permitido, no existe. Otro engendro de este fenómeno es el cholo Mallqui, el dueño del Sport Ancash, que viene cocinando el regreso de su equipo a la primera división y no dudó en darle de beber agua de azhar con sommníferos al equipo contrario para ganarle el partido y así lograr el segundo lugar en el torneo de Ascenso, división en la que el año pasado se suspendió un partido del Deportivo Municipal simplemente porque lo iba a televisar Direct TV, competencia de la dueña y señora de las comunicaciones y del cerebro de los comentaristas del canal deportivo de cable. En realidad, hablar de los achoramientos de telefónica y otras empresas de servicios merecería una obra de varios volúmenes que definitivamente se convertiría en el "vademecum del achorado".
Las últimas elecciones municipales y regionales no fueron inmunes al virus social del achoramiento, la andanada de insultos me hizo recordar a los líos de callejón, las peleas de plazuela donde se han robado hasta la bancas y las confrontaciones cuchilleras de malandrines; inclusive llegamos a observar como Lourdes dando rienda suelta a su deseperación de perdedora infatigable y de necia congénita se puso a bailar una "chicha" horrible con Tongo, un tipo que representa lo más genuino del achoramiento del migrante provinciano: arribista, felón, amoral y traicionero. La Dra. Flores Nano fué diagnosticada con el síndrome del achoramiento en fase terminal, prefirió bailar y cantar con Tongo, festejar una derrota inminente, hacerle caso a todo un entorno bueno para nada y no oir los consejos del profesor Oswaldo Medina, de quien reitero, es un agudo lector de nuestro comportamiento social y fué un convidado de piedra rodeado de inapaces con voz y voto que llevaron al entierro político a una de las más connotadas lideresas del social cristianismo; pero a no desalentarse, porque en la política peruana, si te achoras: resucitas.
Bueno, mis hipócritas lectores, los dejo, tengo que ir a visitar algunos Juzgados y Fiscalías, porque de algo uno tiene que vivir, aunque la respuesta achorada es siempre la misma: "si no está de acuerdo con la resolución puede apelarla doctor es su derecho y si le dá la gana quéjese", "por favor ....... que pase el siguiente" .......... "disculpe la carga procesal es muy grande regrese de acá a dos semanas que ya encontraremos su expediente" ........ "el Juez está de licencia y estamos esperando que la Corte mande su reemplazo", ante esta realidad lo que queda es achorarte y que los administradores de injusticia te respeten porque eres un bogan achorado y pendejo.
Esta mañana utilizaré el servicio público de transporte, si, ese que cuando le da la gana imprime una velocidad inusitada porque está en competencia con otra combi, sin respeto a las reglas de tránsito y que cada cinco minutos recibe una mentada de madre, porque viró abruptamente a la izquierda y casi choca un taxi, que en la luna posterior tiene escrito: "Jennifer, Kathy y Christofer mis únicos amores", símbolo inequívoco de la cultura del achoramiento impresa en las lunas de los carros que circulan por nuestra ciudad: Achoridópolis.
Zarapastro
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=63eDMvxyhQQ
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